Coronavirus y embarazo. ¿Qué sabemos?
- Dr. Carlos Piñel
- 28 feb 2020
- 2 Min. de lectura
Ahora que el #coronavirus (COVID-19) ha llegado a nuestro país, las preguntas empiezan a aflorar en nuestras consultas y urgencias. ¿Qué pasa si me infecto por el coronavirus durante el embarazo?
Resulta una pregunta muy difícil de responder, dado que es un virus muy reciente y tenemos aún muy poca información en cuanto a su relación con el embarazo. No obstante, la pregunta es lícita y creo que es nuestra obligación como médicos y, concretamente, como obstetras, contestar con lo que yo considero la mejor arma de la que disponemos: la “Obstetricia Basada en la Evidencia”. Debemos evitar el alarmismo entre nuestras pacientes y la población. Pero dando información objetiva y veraz. No con un simple: “no te preocupes mujer” o “si no te va a pasar a ti”.
Es importante intentar establecer cuál es el riesgo de la infección por COVID-19 para la embarazada y para el feto. ¿Afecta a los resultados neonatales? ¿Afecta al curso del embarazo? ¿Puede transmitirse al feto? De momento, la evidencia es muy escasa, pero podemos utilizarla para tener en cuenta medidas de prevención y poder valorar algo de información. Además, se puede establecer un modelo productivo de potencial afectación de COVID-19 por su similitud en cuanto a patogenicidad con otro virus (SARS-CoV-1), que conocemos mejor.
Se han publicado dos casos de infección de COVID-19. Uno de ellos se confirmó a los 17 días de vida (la madre y matrona estaban infectadas). El otro se confirmó a las 36 horas, y en el que también hay sospecha de contacto estrecho con otro infectado. Con estos datos y los del SARS-CoV-1, aunque demasiado escasos para extraer conclusiones, parece que la posibilidad de transmisión vertical de COVID-19 es muy baja.
El SARS-CoV-1 puede producir alteraciones durante el embarazo (retraso en el crecimiento fetal, parto prematuro, etc) pero con los estudios presentes parece que la infección por COVID-19 tendría mucha menos repercusión en madre y feto. Las embarazadas afectadas no han tenido mayores complicaciones que otros adultos infectados. Aún no sabemos cómo puede afectar a embarazadas con complicaciones (preeclampsia, patólogía autoimune, embarazadas que toman fármacos inmunosupresores, etc).
Obviamente, serán necesarios estudios posteriores, con más casos y conociendo mejor al virus. Por el momento, parece que lo más sensato es tranquilizar y aconsejar medidas de prevención. Básicamente, incrementar la precaución desde la sensatez: limitar el contacto con personas con infecciones respiratorias e insistir en la importancia de informar adecuadamente a sus médicos si comienzan con síntomas sugerentes o si han tenido contacto estrecho con infectados por COVID-19.
Para los neonatos de madres infectadas, se aconseja el ingreso durante 2 semanas y la supresión de la lactancia materna para evitar el contacto estrecho del bebé con la madre infectada.
En resumen:
1- Parece que la probabilidad de transmisión vertical (por el embarazo) de madre a feto es muy baja.
2- Los neonatos infectados, al igual que los adultos, tenían contacto estrecho con otros infectados.
3- Los embarazos de bajo riesgo no parecen verse afectados en su curso por el virus, aunque hacen falta más datos para poder afirmar esto.
4- Las recomendaciones deben ir encaminadas a la prevención y a evitar el alarmismo en la población.
5- Es preciso tener más experiencia e información para poder emitir conclusiones válidas.
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